En una granja vivía Mumu una vaquita muy grande con enormes manches negras
a la que le gustaba cantar bajito mientras la ordeñaban.
a la que le gustaba cantar bajito mientras la ordeñaban.
Ella era muy feliz cantando y movía las patitas de arriba a abajo y de
derecha a izquierda siempre bailando.
Sin embargo, ningún animal la podía escuchar porque se melodía la entonaba
bajito a propósito para que nadie la oyera.
Un día una paloma que hizo su nido cerca de la granja pudo escuchar a Mumu
cantar:
- Mumu que divertido es vivir bailando y disfrutar la alegría de jugar cantando.
La paloma no lo podía creer, era la canción más linda que había oído jamás,
pues tenía mucho ritmo.
Era tan bonita que sus pajaritos bailaban dentro de su cascarón al compás
de la música.
De inmediato se le acercó y le dijo:
- Mumu, por qué escondes tu dulce voz.
- Es que soy un poco tímida, respondió escondiéndose.
- Pero vale la pena vencer la timidez, hazlo y verás que bien te va.
- tu lo crees.
-Claro que si, estás privando a todos de escuchar tu linda voz.
-Está bien así lo haré.
Un día cuando el gallo Paco cantó como de costumbre su quiquiriquí temprano, Mumu
lo acompañó en su canto a viva voz.
De todos lados venían animales admirados por tan linda melodía y
la felicitaban con aplausos:
- Mumu cantas muy bien.
- Deberías despertarnos tú con tu lindo canto, le dijo el cerdo.
Al que no le dio mucho gusto fue al gallo Paco al que nadie felicitó.
El gallo cogió sus maletas y se fue lejos de la granja pues pensó
que ya nadie lo necesitaba allí, ahora tenían a su vaquita cantora.
Mumu se puso muy triste y corrió en busca de su amigo a quien le dijo:
- Por favor no te vayas, tu canto es muy valioso para nosotros, nos encanta
oírte cantar cuando sale el sol.
- ¿Estás segura?
- Si, todos queremos que vuelvas.
Paco regresó a la granja y cantó en compañía de Mumu quienes fueron muy
felices llevando alegría a los corazones de todo los animales del mundo.
derecha a izquierda siempre bailando.
Sin embargo, ningún animal la podía escuchar porque se melodía la entonaba
bajito a propósito para que nadie la oyera.
Un día una paloma que hizo su nido cerca de la granja pudo escuchar a Mumu
cantar:
- Mumu que divertido es vivir bailando y disfrutar la alegría de jugar cantando.
La paloma no lo podía creer, era la canción más linda que había oído jamás,
pues tenía mucho ritmo.
Era tan bonita que sus pajaritos bailaban dentro de su cascarón al compás
de la música.
De inmediato se le acercó y le dijo:
- Mumu, por qué escondes tu dulce voz.
- Es que soy un poco tímida, respondió escondiéndose.
- Pero vale la pena vencer la timidez, hazlo y verás que bien te va.
- tu lo crees.
-Claro que si, estás privando a todos de escuchar tu linda voz.
-Está bien así lo haré.
Un día cuando el gallo Paco cantó como de costumbre su quiquiriquí temprano, Mumu
lo acompañó en su canto a viva voz.
De todos lados venían animales admirados por tan linda melodía y
la felicitaban con aplausos:
- Mumu cantas muy bien.
- Deberías despertarnos tú con tu lindo canto, le dijo el cerdo.
Al que no le dio mucho gusto fue al gallo Paco al que nadie felicitó.
El gallo cogió sus maletas y se fue lejos de la granja pues pensó
que ya nadie lo necesitaba allí, ahora tenían a su vaquita cantora.
Mumu se puso muy triste y corrió en busca de su amigo a quien le dijo:
- Por favor no te vayas, tu canto es muy valioso para nosotros, nos encanta
oírte cantar cuando sale el sol.
- ¿Estás segura?
- Si, todos queremos que vuelvas.
Paco regresó a la granja y cantó en compañía de Mumu quienes fueron muy
felices llevando alegría a los corazones de todo los animales del mundo.
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